TRANSFORMAR EL DOLOR

Hoy 30 de septiembre, nos reunimos un íntimo grupo de compañeras y compañeros de Yumay Maldonado que pidieron recordarla con cariño en el día de su cumpleaños. Leímos unas palabras para valorar su amistad, el encuentro tuvo lugar en el sector del jardín que las chicas y chicos de 3°4° están embelleciendo, un rincón de la amistad.

Allí esperamos que cada planta, cada flor, cada piedra y luego cada pieza del mural sirvan para transformar el dolor que todavía sentimos por su partida y sea un lugar donde podamos encontrar consuelo.

Yumay Maldonado, estará en nuestros corazones y trataremos de recordarla sin juzgarla ni justificarla, respetando los misterios de su alma y como ella se brindaba a nosotros, dulce, buena compañera, buscando alegrar a quien sintiera tristeza.

El paso del tiempo, no promueve el olvido, sólo nos da la oportunidad de acomodar el dolor y encontrar la forma de transformarlo para seguir adelante, volver a reír sin recelos, llorar cuando sea necesario…buscar una mano amiga siempre y un adulto confiable para transitar lo difícil en compañía segura.

Encontrar la forma de transformar el dolor, lleva tiempo, voluntad y requiere de la ayuda de otros, de otras, que en espejo miren el dolor ajeno como si fuera propio, para abrazarlo y alivianarlo, para andar.

Es así que en estos meses hemos pensado, hemos propuesto, hemos ocupado nuestra mente y nuestras manos para que se exprese nuestro corazón y podamos recordar con amor.

Compartimos el Poema de la amistad de autor anónimo que leímos hoy:

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti. No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a a ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amig/a.

En estos días oré por ti… En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas, y entre ellas estabas vos.

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